Gestión de Activos Empresariales: Origen, Implicaciones y Tendencias actuales

La gestión de activos empresariales (GAE) se ha convertido en una disciplina fundamental en el mundo empresarial moderno, permitiendo a las organizaciones optimizar sus recursos, reducir costos y mejorar su rendimiento general. Pero, ¿cómo surgió esta práctica, cuáles son sus fundamentos y por qué ahora está en auge a nivel mundial?

¿Por qué se creó la gestión de activos?

La gestión de activos nació como respuesta a la necesidad de las empresas de maximizar el valor de sus recursos físicos y tecnológicos en un entorno cada vez más competitivo y regulado. Antes de su existencia formal, muchas organizaciones gestionaban sus activos de manera fragmentada, sin un enfoque estratégico, lo que provocaba ineficiencias, costos elevados y riesgos operativos.

El concepto tomó fuerza en la década de 1980 y 1990, con la creciente complejidad de infraestructuras, equipos industriales y tecnologías digitales, que requerían un control más preciso y planificado. La gestión de activos se convirtió en una metodología para centralizar y profesionalizar estos procesos, permitiendo un mejor control, mantenimiento predictivo, cumplimiento normativo y planificación a largo plazo.

¿Qué implica la gestión de activos empresariales?

La GAE abarca un conjunto de procesos y herramientas que permiten a las organizaciones administrar sus activos a lo largo de todo su ciclo de vida. Sus principales componentes incluyen:

  • Inventario y clasificación: Identificación detallada de todos los activos, incluyendo infraestructura, maquinaria, vehículos, sistemas tecnológicos, y de comunicación entre otros.
  • Mantenimiento eficaz: Implementar programas preventivos, predictivos y correctivos para garantizar el funcionamiento óptimo y prolongar la vida útil de los activos.
  • Monitoreo y control: Uso de tecnologías y software especializados para supervisar en tiempo real el estado, la ubicación, el responsable y el rendimiento de los activos.
  • Optimización del ciclo de vida: Decidir cuándo adquirir, renovar o reemplazar activos, en función de análisis costo-beneficio y desempeño.
  • Gestión de riesgos y cumplimiento: Asegurar que los activos cumplen con leyes, normativas ambientales y de seguridad, minimizando riesgos legales y operativos.

La Norma ISO 55000 y las mejores prácticas

En 2014, la Organización Internacional de Normalización (ISO) publicó la ISO 550001 un conjunto de estándares internacionales que establece las mejores prácticas para la gestión de activos. Esta norma define un marco de referencia para integrar la gestión de activos en los procesos estratégicos y operacionales de una organización, y hacerla sostenible a largo plazo.

La ISO 55001 especifica los requisitos para un sistema de gestión de activos eficaz, incluyendo aspectos como:

  • Liderazgo y compromiso de la alta dirección.
  • Planificación y evaluación de riesgos.
  • Mejoras continuas en los procesos.

La adopción de esta norma ayuda a las organizaciones a obtener mayor control, eficiencia y alineamiento estratégico en la gestión de sus activos, además de facilitar auditorías y certificaciones internacionales.

¿Por qué está cada vez más de moda?

El interés y la inversión en GAE han crecido considerablemente en los últimos años debido a varias razones:

  1. Reducción de costos y aumento de eficiencia: La gestión proactiva ayuda a prevenir fallos y reducir gastos imprevistos.
  2. Transformación digital: La incorporación de IoT, Big Data y analíticas predictivas permite mejores decisiones y mantenimiento basado en datos.
  3. Sostenibilidad y responsabilidad social: La gestión eficiente de recursos ayuda a reducir la huella ambiental y cumplir con normativas ambientales.
  4. Competitividad en el mercado global: Empresas con gestión de activos optimizada pueden ofrecer mejor calidad, mayor confiabilidad y tiempos de respuesta más rápidos.
  5. Regulaciones cada vez más estrictas: Los estándares internacionales y legales exigen una gestión controlada y responsable de los activos.

Conclusión

La gestión de activos empresariales se ha consolidado como una estrategia vital para la competitividad y sostenibilidad de las organizaciones modernas. Desde su origen como una respuesta a la necesidad de mayor eficiencia, hasta la adopción de estándares internacionales como la ISO 55000, esta disciplina continúa evolucionando para adaptarse a los avances tecnológicos y las demandas del mercado. Implementar una gestión de activos eficiente no solo ayuda a reducir costos y riesgos, sino también a crear valor a largo plazo, consolidando la posición de la empresa en un entorno cada vez más dinámico.